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El jardín de nuestra vida: Reflexión de fin de año

Clinica Alivio

El final de cada año nos invita a hacer un balance, a mirar atrás y reflexionar sobre lo vivido. Evaluamos lo que logramos, lo que quedó pendiente y las lecciones que cada experiencia nos dejó. Es también el momento en que, con ilusión y esperanza, nos planteamos metas para el año que comienza.


Sin embargo, a menudo nos enfrentamos a la pregunta: ¿En qué queremos realmente invertir nuestro tiempo y recursos en este nuevo año?

Una forma útil de responder a esta pregunta es imaginar nuestra vida como un jardín.

Cada persona tiene un jardín único, lleno de flores de distintas formas y colores, algunas fragantes y deslumbrantes, otras pequeñas pero persistentes. Hay flores que hemos cultivado con dedicación y otras que han crecido espontáneamente, trayendo sorpresas a nuestro paisaje. 


También hay zonas del jardín más descuidadas, donde las malezas parecen haberse apoderado del terreno, pero incluso estas malezas cumplen su propósito. Algunas veces, hacen surcos que preparan la tierra para que otras plantas puedan crecer más fuertes. Otras, simplemente ocupan un espacio mientras decidimos qué queremos plantar ahí. Este equilibrio entre lo planificado y lo inesperado es lo que hace que el jardín sea auténtico. No todo es perfecto, pero cada rincón, cada brote y cada hoja forma parte de la historia de nuestra vida.


Este jardín no es estático; está en constante evolución, adaptándose a las estaciones y a las decisiones que tomamos.

Cuando reflexionamos sobre este jardín, podemos preguntarnos: ¿Qué flores queremos que sigan creciendo? ¿Qué zonas queremos transformar, arrancando lo que ya no nos aporta para abrir paso a nuevas semillas? ¿Qué recursos –como el agua, el sol o los nutrientes– debemos priorizar para nutrir nuestras metas el año que comienza?


Visualizar nuestra vida de esta manera nos invita a tomar decisiones conscientes en cuanto hacia dónde queremos dedicar nuestro tiempo y energía.

Durante los últimos doce meses, hemos sembrado, regado, podado y enfrentado tormentas en nuestro jardín personal. Cada acción, cada decisión y cada experiencia han contribuido a formar el paisaje que vemos ahora.


Algunas semillas que plantamos con ilusión pueden no haber florecido aún. Quizá las lluvias no llegaron a tiempo o el sol fue demasiado intenso. Pero incluso de esas aparentes pérdidas, el suelo se ha enriquecido con aprendizajes.


Otras semillas, inesperadas, se convirtieron en flores radiantes. Tal vez alguien nos regaló una palabra amable, o fuimos capaces de superar un desafío que nos parecía imposible. Esas flores son el recordatorio de nuestra resiliencia y de la fuerza interior que nos impulsa a seguir adelante.


El nuevo año se presenta como una nueva temporada en este jardín. Puede ser que lleguen lluvias que nutran nuestras raíces, días soleados que impulsen el crecimiento y, posiblemente, alguna tormenta que ponga a prueba nuestra capacidad de avanzar.


En esos momentos, es importante identificar los recursos con los que contamos para afrontar lo que pueda presentarse como una situación desafiante, pero también pensar que siempre existe la posibilidad de adquirir nuevas herramientas que nos ayuden a superar los obstáculos y a crecer de formas que no imaginábamos.


Si en algún momento sientes que necesitas más apoyo, buscar la orientación de un profesional puede ser una decisión valiosa para fortalecer tus recursos y cuidar de tu bienestar. 


En Clínica Alivio estamos disponibles para acompañarte en este recorrido y trabajar en conjunto para apoyar tu desarrollo integral en este nuevo año que comienza. 

Basado en la metáfora del jardín de Wilson y Luciano (2002). 




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